La Estación de Penitencia
La Estación de Penitencia es un acto corporativo de la Hermandad que tiene por objeto acompañar a las Sagradas Imágenes en pública manifestación de fe en oración, sacrificio y austeridad, uniéndose a Cristo paciente en expiación de todos los pecados de los hombres y de los propios, procurando suplir a la Pasión de Cristo con la propia pasión, según San Pablo, y participando de la situación penitencial de la comunidad cristiana. También tiene una dimensión evangelizadora a través del conjunto de los signos que la constituyen y de la actitud sincera de los penitentes que en todo momento procurará revelar el rostro de Dios a los hombres. Los hermanos vivirán este acto en unión íntima con Dios y como apóstoles de Cristo ante todo el pueblo cristiano.
En consecuencia, y siguiendo esta Hermandad su tradicional y piadosa práctica, hará en la tarde del Jueves Santo de cada año, su acostumbrada estación, acompañando a sus Sagradas Imágenes en pública manifestación de fe (Regla 128). En caso de dificultad razonable podrá la Junta de Gobierno suspender la Estación de Penitencia. En tal supuesto se practicará el santo ejercicio del Vía-Crucis o algunos otros adecuados al caso, a juicio y bajo la dirección del Director Espiritual, y a falta de este, del Promotor de Cultos asesorado por cualquier otro sacerdote, si se encuentra en el Templo (Regla 129).
Como acto de Culto externo, los hermanos procuraran acompañar a Nuestras Sagradas Imágenes, haciendo estación de penitencia, en el día y en la forma que previenen estas Reglas (Regla 26). El cortejo procesional lo abrirá la Santa Cruz, escoltada por hermanos con cirios, continuando los hermanos en dos filas con cirios encendidos, guardando de una a otra pareja la distancia que los Diputados les ordenen y con una distancia a lo ancho entre las respectivas parejas similar al ancho de los pasos. Convenientemente se irán distribuyendo, entre las dos filas de nazarenos con cirios de ambos pasos, los que lleven las insignias en las formas que las costumbres tienen establecidas, pero siendo siempre las dos últimas el Libro de Reglas de la Hermandad y el Estandarte, colocándose ante el paso de la Santísima Virgen, la Presidencia de la Hermandad. A la salida del cortejo penitencial, los hermanos nazarenos de cirio no levantaran los mismos hasta no haber salido del templo el paso de Nuestra Madre y Señora de la Amargura (Regla 27).
El hábito que deberán vestir los hermanos en la estación de penitencia ha de ser de lienzo blanco, con su cola, botonadura azul, antifaz de igual tela y color que la túnica, con cartonera de al menos noventa centímetros de altura, en el centro y a la altura del pecho irá estampado sobre fondo azul el escudo de la Hermandad. El cinturón será ancho, de esparto basto en su color. Todos los hermanos llevaran medias blancas y sandalias de cuero en su color, o completamente descalzo (Regla 28).
Se prohibe absolutamente usar distintivo particular alguno, así como anillos, alhajas, salvo alianza de matrimonio, puños o pañuelos blancos al cinturón, guardándose en el vestir la compostura y seriedad propias del ejercicio ascético que deben considerar practican (Regla 29).
Los hermanos, al fin antes indicado se dirigirán desde su domicilio al templo por el camino más corto, en silencio, estando completamente prohibido que lo hagan con el antifaz levantado. Del mismo modo, terminada la estación, volverán a sus casas. Igualmente les está prohibido llevar el antifaz levantado en el recorrido de la estación (Regla 30). No podrán ir en la Cofradía más que los hermanos que deberán vestir necesariamente la túnica de la Hermandad, a excepción de los servidores que ésta autorice para que concurran con traje de seglar (Regla 31).
El hermano estará en el templo a la hora que, para cada año, determine la Junta de Gobierno. A su llegada se descubrirá, rezando de rodillas ante el Monumento al Santísimo y posteriormente se dirigirá ante las Sagradas Imágenes y rezará las preces que su devoción le dicte. Presentará a la entrada la papeleta de sitio y esperará que se pase lista de la Cofradía para recoger la insignia o cirio, o colocarse en el lugar que se le asigne (Regla 32). El orden y la compostura de todos los hermanos en la realización del acto penitencial estarán encomendados a los diputados de tramo, quienes en caso necesario rectificarán la conducta de los hermanos que no observen sus indicaciones y a los que estos habrán de entregar su papeleta de sitio si fueran requerido para ello. Estos diputados serán nombrados por la Junta de Gobierno, a propuesta del Diputado Mayor de Gobierno (Regla 33). Una vez ocupado su sitio, el nazareno no lo abandonará en toda la estación de penitencia. En caso de cualquier indisposición momentánea, hará una indicación al Diputado o Celador de su mando, el que ocupará el sitio del nazareno hasta tanto que éste regrese, lo que hará lo antes posible por el camino más corto y sin vagar por dentro o fuera del cuerpo de nazarenos (Regla 34). Si la indisposición fuese de tal naturaleza que tuviese que abandonar la procesión definitivamente, lo comunicará así al Diputado o Celador para conocimiento de la vacante que deja en el resto del recorrido (Regla 35). Durante el curso de la procesión, los nazarenos están obligados a obedecer los mandatos del Diputado Mayor de Gobierno y Diputados o Celadores de tramos, que son los encargados del orden y marcha de la Cofradía. Asimismo están obligados a descubrirse el rostro cuando fuesen requeridos para ello por el Director Espiritual, el Hermano Mayor, el Diputado Mayor de Gobierno o por los Diputados o Celadores (Regla 36).
Queda prohibido a los hermanos ceder la túnica y papeleta de sitio a personas que no pertenecen a la Hermandad, o el lugar que le fuere asignado a otro hermano a quien no corresponde ocupar este sitio (Regla 37). En la procesión deberán ir con el mayor orden, mirando siempre al frente, sin hablar, bajo ningún pretexto, con los demás nazarenos o persona alguna de las que están presenciando el paso de la Cofradía; no deberán retirarse del lugar que se le ha señalado, ni atravesar la procesión de un lado para otro con el fin de cambiar el cirio de mano: ni se ocuparán de encender el cirio si se hubiese apagado, pues de ello cuidará el Celador que le corresponda; deberán cuidar que no se corte la procesión, guardando con exactitud la distancia marcada de uno a otro nazareno y atenderán con puntualidad a las paradas y marchas que se hagan (Regla 38).
La papeleta de sitio, que deberá ser expedida por el Diputado Mayor de Gobierno e ir firmada por el Secretario, se entregará al hermano con la anticipación debida, y deberá ser conservada por éste durante toda la estación de penitencia(Regla 39). Al regresar al templo, todos los hermanos permanecerán en su sitio hasta que haya entrado, parado el último paso y se haya rezado una oración a nuestros Titulares en acción de gracias (Regla 41). Ningún hermano adquirirá derecho alguno a figurar en el cuerpo de nazareno en un puesto determinado, salvo en los casos señalados por nuestras Reglas, por lo que ocupará el sitio que se le asigne sin discusión alguna pudiendo recurrir con posterioridad al Cabildo de Oficiales (Regla 42).
Si, lo que no es de esperar, algún hermano faltase al cumplimiento de estas reglas, además de la falta en que incurre, quedará sujeto a las consecuencias que resultes. Si la falta se comete en las filas del cuerpo de nazarenos, el Diputado o Celador tiene derecho a retirarle el cirio o insignia, exigiéndole la entrega de la papeleta de sitio, y si no lo hace, debe anotar el sitio que ocupa para tener conocimiento exacto de su persona. En todo caso, deberá dar cuenta a la Junta de Gobierno para que proceda según ordenan estas Reglas (Regla 43).